lunes, 25 de septiembre de 2017

Reseña de "Hellblazer" de Paul Jenkins

“John Constantine se enfrenta de nuevo al acoso del infierno. De entrada, participa en un juego cruel donde un demonio le disputa el alma para arrojarla a los pies del primero de los caídos. A continuación, el mago de Liverpool se las verá con fantasmas, casas encantadas y con el impulso homicida que habita en los campos de fútbol. Pero sobre todo, tendrá que enfrentarse a su propio temperamento y a la sangre demoníaca que le corre por las venas.”
Tras un breve regreso de Jamie Delano a la serie, que tan sólo fue para un número, y el paréntesis de Eddie Campbell, el británico Paul Jenkins llega a la cabecera de Hellblazer en 1995, para encargarse del guión por un tiempo de cuatro años. En la década de los 90, con la crisis del cómic, cuatro años era mucho tiempo.

He leído opiniones en las que varios lectores le echan en cara la poca crítica social comparada con la etapa de Jamie Delano, e incluso hacen comparaciones entre las dos etapas. Es verdad que Delano es quien crea el armazón sobre el que se construirá tanto el personaje como su universo; como también es cierto que Garth Ennis crea la etapa más conocida (y la favorita) para muchos lectores. Pero en mi opinión, la etapa en la que me centro en esta reseña, la de Paul Jenkins, no es nada mala; y quizá me haya gustado más que las anteriores.
Paul Jenkins lo debió tener complicado a la hora de encargarse de la serie. Los dos guionistas anteriores habían hecho un enorme trabajo y las bases estaban tan definidas que era complicado dar un toque nuevo al personaje y el mundo en el que se mueve el mago Constantine. Además, hay que recordar que, al contrario que aquellos, Jenkins carecía de experiencia como escritor. Al igual que Delano, recurre bastante a los textos de apoyo, pero sin ser tan sobrecargados, cosa que se agradece. Por lo que se refiere a la crítica político-social, aunque es menor que con la serie de Delano, él la mezcla bastante bien con los momentos en el pub, característica esta última que asienta Garh Ennis: las reuniones con los amigos y sesiones de borrachera.
Es decir, que Paul Jenkins toma lo característico de ambos guionistas y lo une de un modo que no desafina.
Pero Jenkins también tiene su propio sello. Esta etapa se caracteriza por lo nostálgico. El pasado regresa al personaje una y otra vez. Aunque John ha sido siempre consciente del daño que causa a los que le rodean, es con este autor con quien se siente realmente culpable por ello, porque el pasado vuelve para dar donde más duele.
Sean Phillips será el dibujante para casi la totalidad de esta etapa
Así, en estos dos tomos veremos cerrar varios argumentos que en las etapas anteriores quedaron en cierto modo inconclusos. Se desvela un posible motivo del odio que sentía hacia Constantine su padre; cómo el mago de Liverpool tiene una solución un tanto macabra para su cuenta pendiente con el Demonio; resuelve en parte su culpabilidad por el suceso de Newcastle… o sea, se van recuperando tramas para cerrarlas. Y aunque el protagonista va saliendo airoso de ellas gracias a su cinismo (algo que a estas alturas de la serie no sólo no sorprende, si no que se hace algo cansino), estas soluciones traerán unas consecuencias que añadirán pesimismo a las historias, pues dejan una sensación de victoria efímera.
Acompaña en el dibujo Sean Phillips (Sleeper), quien estará en casi toda la etapa, y que al recogerse varios números de grapas en un tomo, da sensación de coherencia, al contrario que la irregularidad en el equipo artístico a la que nos suele tener acostumbrados tanto Marvel como DC. El trabajo de Phillips se adapta muy bien a la atmósfera creada por Jenkins: así tendremos un dibujo bastante sombrío para los momentos más tétricos, bastante luz para la ciudad feérica de Abaton, la psicodelia para la magia de los aborígenes australianos o la ambientación cálida y cargada de los pubs ingleses.
Algunos números están dibujados por Charlie Adlard(Los muertos vivientes), Paul Pope (Battling Boy), Warren Pleece (The Invisibles), Pat McEown (Grendel)  y Al Davison (Doctor Who).
Para ser más breve que las anteriores, aparte de los números autoconclusos es la etapa con más sagas. En ella aparecen las miniseries Masa crítica, Comienzos difíciles, En la línea de fuego, El último hombre en pie, En sentido contrario, A contracorriente y Cómo jugar con fuego.
La etapa de Paul Jenkins está recopilada por ECC Ediciones en su línea Vértigo en los tomos VII y VIII de la colección Hellblazer, encuadernados en cartoné. Ambos tomos comprenden los números #89-#128 USA de Hellblazer, Hellblazer/The Book of Magic 1 y 2 USA y Vertigo: Winter's Edge núm. 1 USA.
En estos dos tomos, además de los amigos y enemigos del protagonista, aparecerán por sus páginas Robin Hood, el Rey Arturo, Merlín, Sir Alesteir Crowley o el propio Jesucristo con un aspecto algo cambiado. También hará un cameo Timothy Hunter, personaje de DC (Harry Potter tiene un físico sospechosamente idéntico a este personaje), en la serie limitada Hellblazer/Los libros de la magia, un pequeño crossover con este otro personaje juvenil de la línea Vértigo de DC dibujada por Paul Lee.
Una etapa del personaje casi desconocida, injustamente, pero muy recomendable.
Título: Hellblazer.
Autor: Paul Jenkins.
Editorial: ECC Comics.
Páginas: 500 páginas por tomo aproximadamente. Color.

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